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Expertos prevén alza de precios y escasez de suelos tras rechazo a plan regulador

Actualmente hay menos de siete mil hectáreas para uso habitacional, y se estima que al año se usan cerca de 600 hectáreas, por lo que en 10 años más no habría terrenos disponibles. Un aumento en los precios del suelo, escasez, alza en el valor de las casas y la […]

Actualmente hay menos de siete mil hectáreas para uso habitacional, y se estima que al año se usan cerca de 600 hectáreas, por lo que en 10 años más no habría terrenos disponibles.

Un aumento en los precios del suelo, escasez, alza en el valor de las casas y la posibilidad de restringir la construcción de viviendas sociales son parte de los efectos que traerá el rechazo a las modificaciones del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), según especialistas.Ello, luego que el miércoles el Consejo Regional rechazara las modificaciones que pretendían incorporar casi 10 mil hectáreas de uso urbano y establecer exigencias a los proyectos, considerando que a 2030 Santiago registrará 1,6 millón de nuevos habitantes.

Se planteaba que los proyectos inmobiliarios que estuvieran en el área de expansión debían garantizar un mínimo de 10% de áreas verdes, destinar al menos un 8% para el desarrollo de viviendas sociales y financiar la vialidad de los proyectos. Las comunas afectadas eran: Quilicura, Maipú, San Bernardo, Pudahuel, Puente Alto, Cerro Navia, La Pintana y Renca.

Ahora la seremi de Vivienda evalúa las modificaciones presentadas por los consejeros regionales. «Dejar este problema sin respuesta sería una irresponsabilidad», dice la seremi Marisol Rojas, quien agrega que «mientras menos suelos, mayor es la especulación en función de sus valores, por lo tanto, necesitamos responder a esa demanda y a las necesidades de suelo para viviendas sociales», afirma.

SIETE MIL HECTAREAS

La superficie urbanizable en la actualidad es inferior a las siete mil hectáreas para uso habitacional mixto, y en promedio cada año se destinan entre 400 y 600 hectáreas. Ello significaría que, en un plazo de 10 años, no existirán terrenos para urbanizar.

La situación preocupa. El director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Vicente Domínguez, dice que los precios de los suelos subirán y que encargaron estudios para determinar a cuánto podrían llegar, «pero lo que está claro es que viviendas sociales en Santiago no se podrán hacer».

El socio de Atisba, Iván Poduje, dice que la propuesta resolvía el déficit de terrenos de cinco comunas, que en pocos años más no podrán seguir creciendo. A su juicio, las principales consecuencias serían la migración «forzada» de hogares desde sus comunas de origen ante la ausencia de terrenos; aumento en el precio de las viviendas, «lo que implicará una expulsión de los hogares más pobres» y la construcción de departamentos, «lo que podría comprometer la calidad de barrios tradicionales, elevando la congestión y los conflictos con los vecinos».

Francisco Walker, gerente general de Banmerchant, dice que «se acaba de retroceder 20 años en algo que se viene trabajando hace tiempo». Agrega que «la gente más pobre tendrá que vivir fuera de Santiago, y crecen las comunas periféricas. Eso genera un costo en término de producción y calidad de vida». Estima que en cinco a 10 años el precio del suelo para viviendas sociales aumentaría al doble.

En la Cámara Chilena de la Construcción se dijo que la resolución «agravará aún más el problema de escasez de suelo» y el aumento progresivo en el precio de los terrenos».

Ricardo Sota, gerente regional de Tinsa, dice que cuando se agote el suelo, «los precios de compraventa tendrán una constante presión al alza». Recomienda fomentar y facilitar la renovación urbana en zonas mal aprovechadas.