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Propagación del virus va al alza en la RM y alcanza niveles de mediados de mayo

Índice de contagiosidad subió a 1,15, llevando a rojo el nivel de alerta que asigna la plataforma ICOVID a la pandemia en Chile. Aglomeraciones y reuniones propias de diciembre, más la apertura de fronteras, podrían agudizar el escenario, apuntan los expertos. Por Rocío Latorre Mayor movilidad de las personas, reuniones […]

Índice de contagiosidad subió a 1,15, llevando a rojo el nivel de alerta que asigna la plataforma ICOVID a la pandemia en Chile. Aglomeraciones y reuniones propias de diciembre, más la apertura de fronteras, podrían agudizar el escenario, apuntan los expertos.

Por Rocío Latorre

Mayor movilidad de las personas, reuniones sociales cada vez más frecuentes y una menor percepción de riesgo del virus -impulsado por los anuncios de una próxima vacuna- serían algunos de los factores que explicarían el aumento de contagios de Covid-19 en la Región Metropolitana.

Según los datos de la plataforma ICOVID (que construyen las universidades y el Ministerio de Salud), la velocidad de propagación del virus (R efectivo) creció a 1,15, lo que implica un retroceso a los niveles de contagios que había a mediados de mayo en Santiago, cuando se ubicaba en 1,14.

Este indicador, en la práctica, refleja a cuántas personas contagia cada infectado por coronavirus. Y su nivel más bajo (0,78) se alcanzó en junio, durante la cuarentena general, mientras que los más altos (1,7) se registraron hacia fines de abril, en la antesala del peak de la pandemia.

Otro indicador que ha alcanzado niveles de riesgo es la carga de enfermedad o casos nuevos por cada 100 mil habitantes. De acuerdo a la plataforma, el 21 de noviembre se reportaron 4,60 casos por 100 mil habitantes, lo que llevó al visor a modificar la alerta amarilla por una naranja -que indica más riesgo en el control de la pandemia- al sobrepasarse el nivel 3,7.

Frente a estos datos, el académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Mauricio Canals, explica que se debe ser cautos y que las alzas que se perciben en los contagios son aún discretas, por lo que “no alcanzan un nivel para predecir que vaya a haber un brote importante. Sin embargo, desde hace unas tres semanas ha existido una cierta relajación en las costumbres de nuestra población de la Región Metropolitana, lo que aumenta el riesgo”.

Canals, quien es parte del equipo técnico de la plataforma ICOVID, asevera que el número ideal para hablar de una situación epidémica controlada es un R efectivo por debajo de 0,8. Es decir, cuando cada infectado contagia, en promedio, a menos de una persona. “La idea es estar siempre bajo ese número. No hay que bajar la guardia y creo que esto ya ocurrió, en cuanto se supo la probabilidad de llegada de la vacuna”, comenta.

La epidemióloga y miembro del Consejo Asesor, Catterina Ferreccio, sostiene que en la Región Metropolitana “estamos con unos niveles que no son deseables” y que es necesario corregir esta situación ahora, aprovechando la temporada estival. “Tenemos que tratar de llegar al invierno en mejor pie de lo que ya estamos, porque en estos momentos, nuestro número de casos es mucho más altos del que tenían los países de Europa antes de sufrir la segunda ola”.

El escenario actual preocupa a los expertos. Diciembre es un mes que se caracteriza por las aglomeraciones y un aumento en la movilidad de las personas-asociada a las compras navideñas- además de masivas juntas familiares por las festividades de Navidad y Año Nuevo. Esto implica que, de aumentar los casos, la mayor frecuencia de reuniones sociales que se avizoran podrían acelerar su propagación.

La vocera del Consejo Asesor Covid-19, Ximena Aguilera, detalló que la autoridad ya reportó a la instancia un aumento de contagios en la capital: “Nos dijeron que han subido ligeramente los casos, pero que no ha habido presión en las camas”, dijo la experta, añadiendo que “el aumento de la movilidad no es gratuito. Ya se ha visto más aglomeración de personas y eso lentamente empieza a aumentar la transmisión del virus”.

La reciente apertura de fronteras mantiene atentos a los integrantes del Consejo Asesor. Al respecto, Aguilera precisó que se solicitó al Ministerio de Salud un reporte del sistema de seguimiento a los turistas extranjeros que ingresen al país. “Nos preocupa la situación de las fronteras y nos interesa revisar el sistema implementado. Por eso le hemos pidiendo (al Minsal) que nos presenten la evaluación de cómo ha funcionado en estos días”, dijo la experta.

Ferreccio, par de Aguilera en la mesa de asesores, es más tajante: “No está asegurado el paso previo para el ingreso de visitantes, que es armar un sistema que entregue una seguridad razonable de que no van a llegar extranjeros contagiados. Un PCR tomado hasta 72 horas antes puede garantizar que no lleguen ‘superinfecciosos’, pero de igual forma puede haber incubación”.

Curva estancada

La caída de casos positivos, considerando el promedio móvil de las últimas semanas, se ha mantenido entre 0% y -1% en los últimos días. Son números que están lejos de la velocidad de descenso de contagios que se lograba a mediados de agosto, cuando llegaba a -30%.

Para el académico de la Usach, Claudio Castillo, es necesario mejorar algunos aspectos de la trazabilidad. “No se está cortando completamente la transmisión del virus, en términos de identificar a todos los contactos de las personas confirmadas. Es problemático pensar que, en promedio el caso índice reporta solo a 2,8 contactos estrechos a nivel nacional y que en la Región Metropolitana es incluso más bajo que el promedio, pues llega a 2,5”.

Castillo plantea que debe existir una investigación epidemiológica más exhaustiva que permita identificar a los contactos estrechos que no están siendo declarados y que podrían haberse contagiado. “El promedio de las familias chilenas es más de tres personas por hogar. Por eso, identificar a menos de tres personas solo identifica a familiares y no, por ejemplo, a contactos laborales”, concluye el académico.