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Casi mil canchas barriales requieren reparación en la RM

Voces expertas subrayan la necesidad de recuperar espacios deportivos en distintos puntos de Santiago, pues su deterioro se convierte en un foco para incivilidades y el aumento de la inseguridad. Restan sólo siete meses para que Chile se convierta en el anfitrión de más de 8 mil deportistas y otros […]

Voces expertas subrayan la necesidad de recuperar espacios deportivos en distintos puntos de Santiago, pues su deterioro se convierte en un foco para incivilidades y el aumento de la inseguridad. Restan sólo siete meses para que Chile se convierta en el anfitrión de más de 8 mil deportistas y otros tantos miles de visitantes que se congregarán con motivo de los Panamericanos Santiago 2023, el evento deportivo más importante desde el Mundial de Fútbol de 1962, y la opción para concretar una anhelada vitrina para el país.

Pero a grandes eventos, grandes desafíos y anhelos; algunos, más realistas que otros. Y es que mientras las obras de infraestructura avanzan a contrarreloj, y muchos atletas nacionales se esfuerzan por entrenar con el equipamiento disponible, la propia ciudad, como telón de fondo, también muestra sus propias carencias en lo deportivo.No son pocas las fundaciones, dirigentes y vecinos que hablan, desde sus barrios y villas, del abandono del espacio público y el consecuente nicho para la inseguridad que hoy se instala como la principal preocupación. Y aunque la delincuencia es un flagelo transversal, sigue asolando en gran medida a comunas donde los recursos de los municipios -a cargo de mantener estas infraestructuras- no «alcanzan» para garantizar ciertos mínimos. Incluso, muchos programas deportivos, terminan concentrándose en espacios céntricos y «menos peligrosos» de las comunas, dejando, inevitablemente, a muchos jóvenes y niños fuera de la posibilidad de sumarse a la recreación deportiva. Las zonas periféricas, con asentamientos irregulares, poco conocen de estos espacios de oportunidad.

Un lugar donde suelen ocurrir estas patologías urbanas son las multicanchas, las que fueron construidas como equipamientos deportivos de condominios o villas de vivienda social. Pero algo falla una y otra vez: no hay una adecuada mantención que permita darle el uso para el que fueron creadas, más bien se convierten en un espacio de fácil apropiación para personas que consumen drogas, alcohol, e incluso el narcotráfico.Algo similar ocurre con las canchas de tierra, y aunque el impacto es un tanto menor, también presentan problemas de mantenimiento, o de uso irregular, como vivienda o microbasurales. Así, sostienen distintas voces conocedoras del tema, el deteriorio de estos espacios, se convierte en un gran obstáculo para que niños y jóvenes puedan hacer deporte en entornos adecuados y puedan potenciar un desarrollo sano.

Casi mil canchas en mal estado

En el contexto de los Panamericanos, un estudio de Atisba detectó 986 espacios, de distintas comunas de Santiago, que a la fecha se encuentran en mal estado. En concreto, son 873 multicanchas que tienen un pavimento en mal estado, y 113 canchas de tierra que requieren mejorar su superficie, cierros e iluminación (ver mapa).La detección se transformó en una propuesta: del total de multicanchas, se propone que en 153 de ellas, ubicadas en barrios críticos por inseguridad o narcotráfico, se plantea que exista un mejoramiento de la superficie, acompañado de una estructura para techar y cerrar los bordes del recinto, para generar condiciones de seguridad mayores para los usuarios. En tanto, para las canchas de tierra, se propone reemplazar este elemento por pasto sintético, construir cierros, postes de iluminación y un pequeño recinto para baños y camarines que pueda ser administrado por la junta de vecinos.En conversación con Emol, el arquitecto y director de AtisbaIván Poduje, sostiene que el estudio recoge «la mayoría de las canchas y multicanchas que están hoy día en estado deteriorado, por lo tanto, si se lograra materializar este plan, a partir de un cronograma, se podría resolver esta situación en 34 comunas cuyos barrios tienen más problemas de inseguridad y falta de áreas de esparcimiento».En concreto, sostiene Poduje, son tres condiciones clave para considerar que una multicancha tenga características óptimas: el pavimento -en lo ideal, reemplazarlos por una materialidad menos dura que el hormigón y con alguna pintura resistente y amigable para hacer deporte-; segundo, que éstas tengan un cierre que evite incivilidades y en lo ideal, controlado por los vecinos; y en tercer lugar, la iluminación, especialmente para evitar su ocupación de noche. Un cuarto elemento, agrega, es la sombra, especialmente en zonas con pocas áreas verdes, «de hecho, varios municipios ya han techado las multicanchas, y eso también es parte de la propuesta».De todas formas, el arquitecto acota que el problema de la escasa o nula mantención de estos espacios es conocido, por eso, la idea no es sólo dar cuenta de cuáles son las canchas y multicanchas más afectadas, sino que también avanzar en un plan que permita que estas zonas se vayan recuperando. Para eso, se propone que se cree una glosa dentro del presupuesto del gobierno regional -por un periodo de cuatro años, y renovable-, específicamente destinado a las actividades deportivas y recuperación de espacios deportivos dañados.

«No sólo ofrecer deporte, también educar»

El diagnóstico de Atisba es el mismo que mantiene Fundación Ganémosle a la Calle, dedicada a trabajar en oportunidades, a través de talleres deportivos gratuitos en sectores vulnerables, con el fin de alejar a los niños de la calle y de los riesgos asociados. Para su directora ejecutiva, Gracia Carvallo, esta es una realidad preocupante, no sólo por la gran cantidad de canchas y multicanchas que necesitan algún tipo de reparación, «sino porque más que no ocuparse, pasan a ser tomadas por la delincuencia y el narcotráfico», y en este contexto de los Juegos Panamericanos, «cuando buscamos que el deporte se desarrolle, hay que partir por las canchas que tenemos».Desde su experiencia, Carvallo destaca un punto clave: no sólo se trata de que las multicanchas y canchas barriales estén en buenas condiciones, ni siquiera se trata tan sólo de que los municipios las entreguen nuevas. Lo importante es darles vida, y para ello, se requieren programas y apoyo como los que realiza la fundación.

En otras palabras: no sólo ofrecer deporte, sino que también educar.»Los niños, cuando empiezan a entender lo que es el deporte, comienzan a usar la multicancha incluso cuando nosotros nos vamos del territorio. Si tú desde pequeños les entregas talleres deportivos, les enseñas del deporte, ellos comienzan a entender lo que es la multicancha y cómo usarla. Esa es nuestra idea, tomar esas horas de ocio de los niños y traducirlas en deporte», comenta.Consultada por el «legado» que deben dejar los Panamericanos, la directora ejecutiva plantea que esto «no puede pasar por una persona», debido al riego de que quien lidere una gobernación o comuna, y no esté interesado en el deporte, se perderá cualquier iniciativa. «Para que sea legado, sería bueno que la gente se instruyera en lo que es el deporte, de qué hablamos cuando usamos esas canchas y capacitamos. Y si Chile, que tiene los índices más altos de sedentarismo y obesidad, es difícil hablar ahora de un legado. Tiene que ser una política pública, hay que ir mucho más allá de los logros que buscamos con los Panamericanos»,