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Estudio Atisba revela alza superior al 80% en superficie y habitantes de campamentos en la RM

EXPANSIÓN SE PRODUJO ENTRE 2017 Y 2020, SEGÚN TRABAJO REALIZADO POR LA CONSULTORA ATISBA: Estudio revela alzas superiores a 80% en superficie y habitantes de campamentos en la RM Hoy 8.193 familias ocupan 2,15 millones de m² en diversas comunas de Santiago, generalmente en zonas de riesgo como bordes de […]

EXPANSIÓN SE PRODUJO ENTRE 2017 Y 2020, SEGÚN TRABAJO REALIZADO POR LA CONSULTORA ATISBA:

Estudio revela alzas superiores a 80% en superficie y habitantes de campamentos en la RM

Hoy 8.193 familias ocupan 2,15 millones de m² en diversas comunas de Santiago, generalmente en zonas de riesgo como bordes de ríos y esteros o quebradas. Uso de suelo fiscal en desarrollo de viviendas se plantea como una solución.

El deterioro de la economía por el estallido social y la pandemia, además de precios altos de las viviendas por falta de disponibilidad de suelos. Esos son algunos de los factores que han impedido en el último tiempo un mejor acceso a la vivienda para las personas, lo que en algunas situaciones genera el surgimiento de campamentos.

Un estudio de la consultora Atisba –ligada al arquitecto y urbanista Iván Poduje– revela que ese tipo de asentamientos se expandieron explosivamente en los últimos tres años en la Región Metropolitana, que se caracterizaba por concentrar una muy baja proporción de hogares en campamentos respecto a otras regiones del país.

El documento indica que, según datos de Techo, en 2017 existían 4.337 familias en 81 asentamientos de este tipo. Esa situación “cambió drásticamente luego del estallido y la pandemia”, dice el informe.

Entre 2017 y 2020 la superficie de campamentos de la Región Metropolitana aumentó 84%, pasando de 1,17 millones de metros cuadrados a 2,15 millones. A la vez, el número de familias que vive en ellos subió a 8.193, un alza de 89% en el lapso, según la estimación de Atisba a partir de la digitalización de los asentamientos aparecidos en 12 comunas de la Región Metropolitana.

Las comunas de mayor crecimiento de superficie de campamentos son La Florida (+344%), Puente Alto (+321%) y Maipú (+36%), que forman parte del Gran Santiago. También se observa un fuerte incremento en Lampa y Colina, que operan como ciudades dormitorio. Los lugares analizados están generalmente en terrenos que fueron tomados e insertos en zonas de riesgo como bordes de ríos y esteros o en quebradas.

Pero el crecimiento –que incluso se dio en el último año– no fue el único rasgo detectado. Históricamente los campamentos de Santiago eran muy pequeños, señala el estudio, pero en estos tres años aparecieron por primera vez instalaciones de gran tamaño, equivalentes a barrios completos como ocurre en Valparaíso o Viña del Mar.

El trabajo identificó ocho “megacampamentos” que superan los 40 mil metros cuadrados –cada uno– y que suman 936 mil m² de suelo, con una población estimada de 12.000 personas y 3.688 familias.

En ese grupo, el campamento de mayor tamaño en cuanto a cantidad de personas es Millantú, con 1.059 familias, que se ubican en el sector de Casas Viejas, Puente Alto, abarcando 169.448 m². Le sigue Sol de Septiembre II en Lampa, con 513 familias y 233.284 m². En La Florida está el campamento Dignidad, en la zona de la Quebrada de Macul, donde viven 409 familias en 50.722 m². Se agregan casos en Cerro Navia, Maipú y Colina. 

Causas y posible solución 

Con relación a las causas que generan el aumento de estos asentamientos, Iván Poduje señala que responde a que “muchas familias no pueden pagar arriendo o estaban en zonas hacinadas. También hay campamentos en inmigrantes que posiblemente no pueden acceder a programas oficiales y en algunos casos, vemos organización política para tomar terrenos”.

Añade que la política habitacional “claramente es insuficiente. El número de personas que acceden a subsidio, pero no pueden comprar es creciente, debido al alza en los precios de las viviendas. Es urgente que el Estado ocupe sitios fiscales para bajar esta presión”.

Atisba indica que el fisco tiene más de 1.000 hectáreas de suelo “abandonado” en Santiago, donde se podrían desarrollar 50 mil viviendas, “evitando este peligroso y vulnerable patrón de crecimiento detectado”.

A lo anterior, agrega Poduje, “en el Gran Valparaíso detectamos otras 433 hectáreas de suelo fiscal. Todas urbanas. Igual que en Santiago, muchas están en manos del Serviu, lo que es inexplicable con el aumento de campamentos”.

Añade que el alto valor de viviendas no obedece sólo a las normativas restrictivas, sino “también porque la demanda se concentra en menos comunas, lo que dispara precios y muchas familias optan por moverse a la informalidad. Este factor se vio potenciado por pandemia, debido al hacinamiento”.