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Reporte Atisba Monitor: incendios Valparaíso

Casi 80 mil personas viven en áreas de riesgo por incendio en la parte alta de Valparaíso

El 27% de sus pobladores habita cerca de plantaciones forestales y bosque nativo. Son las primeras, sembradas de pinos y eucaliptos, las que representan una mayor amenaza, por facilitar la propagación del fuego.

El incendio que el lunes 2 destruyó más de 250 casas en Valparaíso fue el último de una lista de siniestros que han dejado cicatrices en la Ciudad Puerto. Si bien en este no hubo víctimas fatales, las condiciones para su avance fueron las mismas.

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Un estudio de Atisba Monitor concluyó que en los últimos 17 años 352 incendios -catastrados por la NASA a través de su sistema Fire Information for Resource Managment System – han asolado a la ciudad. Todos tienen características comunes: se originaron en áreas rurales, avanzaron ayudados por vientos y basura y especialmente por plantaciones forestales de pinos y eucaliptos que rodean la zona. Sus características pirógenas se comprueban con el hecho de que solo el 18% comenzó en áreas de bosque nativo. La mayoría alcanzó áreas urbanas pobres de la zona alta del anfiteatro de Valparaíso, donde hay campamentos, pendientes fuertes, accesos deficientes y precaria urbanización. El más destructivo fue el de abril de 2014, con tres mil viviendas arrasadas, 12 mil damnificados y 15 muertos.

 

Una de las conclusiones es que estos factores generan un radio o ” buffer ” de 500 metros desde el límite de los bosques nativos y las plantaciones, que constituye el área urbana de Valparaíso más vulnerable a un incendio.

Un sector en el que viven 79.728 personas en 29.048 viviendas -incluyendo 1.579 familias en 36 campamentos-, que se ven expuestas al riesgo por estar próximas a zonas de plantaciones forestales o especies nativas. En total, representan el 27% de la población.

Para el arquitecto y socio de Atisba, Iván Poduje, no solo es necesario delimitar un área de seguridad para la población respecto de las plantaciones forestales, sino también reemplazar estas por bosque nativo para dificultar la propagación del fuego. “Se debe contar con un plan de manejo. No es aceptable tener todas estas plantaciones, en las cuales además no existe ningún control, no se sabe a quién pertenecen, quién las administra, quién las fiscaliza y tampoco existen caminos”, afirma.

Tanto la municipalidad como Conaf -añade- debieran implementar un plan de monitoreo para conocer en qué condiciones se encuentran esos predios.

En cuanto a las áreas habitadas expuestas al peligro, Poduje considera que existen responsabilidades de la municipalidad y del Estado por la forma en que ha crecido Valparaíso.


53.901
personas constituyen la población más expuesta al riesgo de un incendio por estar próximas a plantaciones forestales.

56%
de las viviendas localizadas en el área de mayor riesgo (cercana a plantaciones) pertenecen a los estratos D y E.

67%
de los 213 km de calles del área más vulnerable al fuego se encuentra en estado de conservación “regular” o “malo”.


“El municipio no puede entregar permisos de edificación en áreas de riesgo, y lo ha hecho. Y tampoco proveer de servicios básicos a tomas que han recibido previamente títulos de dominio por parte del Ministerio de Bienes Nacionales. En la práctica tienes una ciudad informal regularizada por el Estado”, dice.

Hoy, la zona de bosques que rodea a Valparaíso es tres veces más grande que la superficie urbana de la comuna. Son 19.324 hectáreas en las que el 62% corresponde a plantaciones forestales y el resto a bosque nativo. En esas extensiones de pinos y eucaliptos se ha iniciado el 81% de los siniestros desde 2000, incluyendo el megaincendio de 2014 y el de esta semana.

El informe concluye que a corto plazo se deben reemplazar las especies pirógenas y crear áreas sin vegetación en las áreas vulnerables. A mediano plazo, aconseja invertir en la parte alta de la ciudad, mejorar accesos, acelerar la conexión entre los cerros y relocalizar viviendas.