Un análisis de la oficina de urbanismo, al que tuvo acceso Radio Bío Bío, detectó que el porcentaje de intencionalidad de los incendios de febrero de 2023 es aún más alto de lo que en su minuto la ministra Tohá indicó al país: 25,1 %. También que el 68% de las hectáreas quemadas sufrieron el ataque del fuego en los tres primeros días. Y detallan que “existe una relación con el terrorismo de la Macrozona Sur, ya que las comunas que concenrtan los índices más altos de intencionalidad, coinciden con los sectores más afectados”. En el reporte también se critica al Estado porque “no ha publicado ni explicado los índices de intencionalidad altos ni ha anunciado medidas para reforzar a las ciudades expuestas al fuego”.

Los primeros días de febrero estuvieron marcados por los incendios forestales en la zona sur del país. El país se detuvo y el gobierno evocó todas sus fuerzas para combatir la catástrofe. Pero han pasado tres meses desde el día que se iniciaron los incendios, el 1 de febrero, y ni el Ejecutivo, ni Conaf han dado a conocer las cifras y las investigaciones relacionadas a lo ocurrido.

Por esto, la oficina de urbanismo Atisba analizó lo sucedido en el sur de Chile, a partir de datos oficiales de la Conaf, los que obtuvieron de la plataforma del Sistema de Información Digital y Control de Desastres (SIDCO). En el análisis -que fue trabajado por casi 3 meses- se da cuenta del alto porcentaje de incendios que fueron generados de forma intencional.

Se explica en el reporte que “el 48% del fuego fue generado de forma intencional y ese porcentaje supera el 60% en 25 comunas”. También detallan las distintas zonas donde la intencionalidad es más alta y dan cuenta que “existe una relación con el terrorismo de la Macrozona Sur, ya que las comunas que concenrtan los índices más altos de intencionalidad, coinciden con los sectores más afectados”.

El director ejecutivo de Atisba, Iván Poduje, explicó a la Radio Bío Bío que “empezamos a ver que los incendios estaban coincidiendo con los sectores donde tenemos registrado nosotros atentados” y que “accedimos al SIDCO de Conaf con una clave y bajamos todas las bases de datos”.

Agregó el arquitecto que lo que hicieron fue entrar “al sistema y descargamos toda la información por comuna. Ellos tienen agrupados los incendios por origen: los que son accidentales, los que son naturales (que son muy pocos) y los intencionales”.

A partir de lo anterior fueron localizando “por comuna los incendios que eran intencionales y ese porcentaje lo aplicamos sobre la superficie quemada y calculamos cuál era el porcentaje de superficie destruida con incendios intencionales”.

Gracias a lo anterior llegaron a qué “25 comunas tienen sobre 60% de intencionalidad, que muchas de esas comunas tienen ataques previos en la Macro Zona Sur y además detectamos que había ataques que se apagaron a tiempo en San Pedro de la Paz y en Coronel”.

Los tres primeros días

Según el informe de 56 páginas, los incendios de este año son el segundo siniestro más grande reportado por la Conaf. Siendo el de 2017 el primero, pero la simultaneidad fue mayor en 2023 lo que se explicaría con la intencionalidad.

“La intencionalidad también explica el número de incendios simultáneos. Entre el 1 y el 3 de febrero, se activaron 22 siniestros que quemaron 223.210 hectáreas, equivalentes al 68% del total. En 2017, en los primeros tres días se quemó solo el 4%”. Fueron 222 incendios, en esos tres días, y 8 “considerados como “Mega Incendios” que superan las 10.000 hectáreas y que fueron \u2013 por lejos \u2013 los más destructivos”. Atisba

Primeros focos

En relación al primer foco en Chillán “ no reporta ningún incendio intencional, así que podemos concluir que el origen del primer foco fue accidental o por negligencia, potenciada por el factor climático”. Según el análisis de Atisba, “el problema es que esta contingencia parece haber sido aprovechada para iniciar fuego en otros sectores, donde existe intencionalidad alta”. Ejemplifican con el incendio en Coelemu, comuna que “reporta un índice de intencionalidad del 75% y se ubica a 55 kilómetros de Chillán, lo que descarta cualquier posibilidad de propagación por pavesas” y que además se activa cuando “la emergencia de la capital del ?uble llevaba 2 horas de desarrollo con alta cobertura de medios de prensa”.

Simultaneidad

Otro de los puntos analizados fueron los focos simultáneos de incendios. “El día 2 de febrero, los incendios aumentan considerablemente su tamaño y terminan quemando 100 mil hectáreas versus las 8.750 que se habían destruido el primer día”.

Explican en el informe que a las 15:00 del 2 de febrero había claridad de la gravedad pero que los focos estaban identificados. Eran Chillán, Tomé y Concepción. Pero “esta situación cambiaría en la noche, con un desplazamiento del fuego hacia las comunas afectadas por atentados terroristas de la “Macrozona Sur”. Y que “el incendio cambia de escala y avanza 170 kilómetros al sur en diversos focos que se prenderían la tarde del 2 de febrero de 2023”.

Luego aparecieron dos incendios en “plena zona roja de la Macrozona Sur. A las 22:26 se inicia el 816 “Las Acacias” en Mulchén, comuna que reporta un 68% de intencionalidad y cuarenta minutos después, el incendio 637 “La Liebre” en Lumaco que tiene una intencionalidad del 48%”.

El reporte continúa con lo sucedido a las 16:45 del jueves 2 de febrero, cuando “se produciría el hecho más lamentable de esta tragedia. En unos pastizales cercanos al camino rural Q-294, se inicia el incendio 801 Santa Ana, que sería el más grande y destructivo”.

INTENCIONALIDAD

La conclusión final del informe es que si las condiciones climáticas vuelven a repetirse, y “un accidente genera otra cadena de incendios, esta situación podría aprovecharse por los mismos grupos que salieron a quemar campos con la intención de destruir o aterrar a la población”.

Poduje lo explicó de la siguiente manera: “Nosotros concluimos que primero hay un desplazamiento del conflicto hacia el sur y hacia Concepción”. Pero aclara que esto “es una hipótesis porque no tenemos certeza pero si tiene fundamento porque en los incendios de 2017, la intencionalidad va subiendo de norte a sur y Concepción tiene un porcentaje alto. Por lo que ya teníamos incendios intencionales en la proximidad de Concepción”.

Agregó que “lo que nosotros pensamos, no tenemos más que una hipótesis, es que cuando se produce el incendio en Chillán que todo indica que es accidental se incentivan los incendios intencionales. Hay una intención de quemar bosques en la provincia de Arauco, ese es el incendio que afectó a Santa Ana, Santa Juana, etc. Un intento de desplazar el conflicto aprovechando el fuego”.

Y todo lo anterior se basa en distintos datos que se exponen en el reporte y donde se exponen las variaciones de cada comuna. “La intencionalidad del 48% como promedio, sube a 51% en la región de Bío Bío y a 55% en la Araucanía, y cae a 10% y 18% en el Maule y Los Ríos. Este patrón – que tiene una directa relación con la superficie quemada (a mayor intencionalidad más destrucción)- se explica por el desplazamiento del fuego desde Chillán a la Macrozona Sur, donde existe una “cultura del fuego” derivada de ataques incendiarios”.

Y se enfatiza en que de las 25 comunas que tienen un rango superior al 60% “El 71% tiene atentados terroristas asociados al conflicto de la Macrozona Sur”.

Al preguntar a Poduje por el 29% donde no hay atentados terroristas, este indicó que “ocurre, creo yo, el hecho de que haya un evento que se produce en Chillán empieza a activarse en varios segundos por zonas distintas generando un contexto como el estallido que es propicio para activar otros ataques”.

Un ejemplo de lo anterior son los incendios que rodean al Gran Concepción que “no coinciden con las comunas más afectadas por el terrorismo, que llega hasta la Provincia de Arauco. Sin embargo, la intencionalidad no es algo nuevo en la capital del Bío Bío ya que lo mismo ocurrió en el gran incendio forestal de 2017.Con relación al incendio de 2017, en 2023 aumentan su índice de intencionalidad Florida, Hualqui que rodean el Gran Concepción y también Los Ángeles, que sube de 35% (2017) a 61% (2022)”, se explica en el texto.

En el análisis se dividen las zonas por colores según el grado de intencionalidad. Y exponen que “las comunas sobre 60% se muestran en rojo y coinciden con las zonas afectadas por la violencia de la Macrozona Sur: las Provincias de Arauco y Malleco” y también “hay comunas “rojas” que avanzan hacia el Gran Concepción rodeando el área metropolitana, que sería el caso de Hualqui y Florida. Además, se ven afectadas ciudades “dormitorio” de la conurbación como San Pedro de la Paz o Coronel. Lo mismo ocurre con la ciudad de Los Ángeles, que ha estado relativamente alejada del conflicto de la Macrozona Sur y que presenta un índice de intencionalidad del 61%”.

ACTUAR DEL ESTADO

“Cuesta entender porque el Estado de Chile no ha publicado ni explicado los índices de intencionalidad altos ni ha anunciado medidas para reforzar las ciudades expuestas al fuego”, es una de las frases que se exponen en el reporte.

En la misma línea, Poduje no se impresiona por la inactividad del Estado y de Conaf porque las cifras “son muy alarmantes. Y en su minuto, la ministra Tohá habló de un 25% de intencionalidad. Y ahora estamos hablando que tenemos 900 mil personas viviendo en comunas que tienen 60% de intencionalidad”.