Según urbanistas, las condiciones de riesgo en el sector donde se originó el siniestro de ayer se conocen hace mucho tiempo, por lo que esta nueva emergencia podría haber sido evitada

El nuevo incendio que afectó este domingo a la zona alta de la Región de Valparaíso, específicamente el sector de la ruta Las Palmas, en la comuna de Viña del Mar, pudo haber sido previsto, coincidieron urbanistas, ya que es una zona propensa a este tipo de siniestros.

Para el arquitecto de Atisba y académico de la Universidad Católica, Iván Poduje, «las condiciones de riesgo que tiene esa zona ya se conocen hace tiempo». Añadió que «es indudable que toda la parte alta del Gran Valparaíso está en zona de riesgo». Este domingo, 16 viviendas de los campamentos Felipe Camiroaga y San Expedito se vieron afectadas por el fuego. Según Poduje, esta situación pudo haber sido prevista ya que «el año 2011 se quemó el terreno donde hoy día está la toma Felipe Camiroaga en un incendio forestal, el mismo terreno. Por lo tanto, esta es una zona que se quema regularmente y no debiera haber asentamientos precarios como campamentos en esta zona y si existen deberían haber medidas de mitigación, que no están». Para el decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Pablo Allard, «a partir de los incendios urbanos que se han producido en Valparaíso en los últimos años, sin duda que hay mayor conciencia de la vulnerabilidad que tienen algunos campamentos, poblaciones y barrios que están localizados cercanos a quebradas y zonas forestales». Sin embargo, enfatiza que «el hecho que las autoridades estén comenzando a tomar medidas no implica que de un día para otro se vaya a estar libre de riesgo. Son procesos que toman tiempo». Responsabilidades compartidas Según Poduje, son varios los responsables de que se produzca un nuevo incendio en una zona donde es conocida su vulnerabilidad. «Por una parte está la municipalidad, que regulariza asentamientos que están en áreas precarias. También el Ministerio de Bienes Nacionales, que les entrega títulos de dominio a dichos campamentos», añade.

A ellos se les suman las empresas de servicios que proveen a esos barrios de agua potable y alcantarillado, siendo que no están todas las condiciones de urbanización. Agrega que «los dueños de los terrenos también son responsables porque muchas veces no mantienen adecuadamente sus plantaciones o si hay un incendio que se sale de control no hay accesos». Por su parte, Allard le adjudica responsabilidad también a la comunidad en general, que llena las quebradas de basura y no se preocupa mantener el sector limpio, como también a aquellos que residen en estos campamentos irregulares. «No es culpa de ellos no tener dónde vivir, pero ellos asumen un riesgo de vivir en zonas de riesgo», explica.

Para el académico de la UDD, el Estado y los privados también han fallado en prevenir este tipo de situaciones, ya que el primero «no ha sido capaz de priorizar la agenda de ciudades más resilientes» y los segundos no han intensificado su monitoreo y capacidad de respuesta ante las emergencias. ¿Qué se puede hacer? Poduje sostiene que para superar esta vulnerabilidad se requiere «urgentemente un plan maestro de mitigación de las zonas altas del Gran Valparaíso», el cual deberá incluir cinco componentes. «Primero vialidad, mejores accesos, rutas entre-cerros, avenidas de circunvalación. En segundo lugar se requiere un plan de reforzamiento de mantención de quebradas», comenta, ya que los riesgos no solamente son de incendios, sino que también pueden presentar aluviones o de derrumbes.

El urbanista de Atisba continúa y expone que «en tercer lugar se requiere hacer un plan de urbanización para los campamentos que van a existir ahí con muros de contención, con servicios, con escuelas, con estanques de agua y con un refuerzo de toda la cobertura de agua potable y de control de incendios en esta zona». Finalmente, señala que «hay que relocalizar los asentamientos que están en zonas de riesgo y hacer un plan completo de prevención de nuevas tomas o nuevos campamentos en zonas de riesgo». «Si no hacemos estas medidas, vamos a tener un problema regularmente porque los incendios van a aumentar», puntualiza. Allard, en tanto, advierte que «aunque ya exista conciencia y exista voluntad de que hay que enfrentar el tema de los incendios, vamos a seguir viviendo este tipo de emergencia en los próximos años hasta que se puedan implementar en forma definitiva estas soluciones».