Estudio de Atisba detecta severos daños en Valparaíso como resultado de vandalismo y saqueos.
Recintos comerciales y de servicios afectados por manifestaciones, que involucran más de 14 mil empleos Valparaíso: Un tercio de los edificios está dañado por vandalismo, y perjuicios superan los US$180 mills. Ese monto no considera el lucro cesante de empresas que han sido afectadas, pero en comercio minorista las pérdidas por […]
Recintos comerciales y de servicios afectados por manifestaciones, que involucran más de 14 mil empleos
Valparaíso: Un tercio de los edificios está dañado por vandalismo, y perjuicios superan los US$180 mills.
Ese monto no considera el lucro cesante de empresas que han sido afectadas, pero en comercio minorista las pérdidas por venta en locales cerrados llegan a $297 millones diarios, indica informe de la oficina de urbanismo Atisba.
Daños semejantes a los que produce un terremoto o un bombardeo, pero esta vez generados por la acción de seres humanos. Así describe el arquitecto y urbanista Iván Poduje la destrucción que vio en Valparaíso, producto de las protestas de las últimas semanas.
Poduje y un equipo de su oficina de urbanismo, Atisba, realizaron un catastro que revela los graves daños a la infraestructura – que superan los US$ 180 millones – y las pérdidas de empleo en la ciudad de Valparaíso tras el estallido social el pasado 18 de octubre.
El informe “Atisba Monitor: Estallido Social – Impactos en Valparaíso”, que conoció “El Mercurio”, indica que un tercio del stock edificado de comercio y servicio se encuentra vandalizado y cerrado – con daños – , lo que equivale a 235.180 m2 (ver infografía). “Constituye una cifra francamente alarmante”, señala el análisis para el cual la consultora realizó un levantamiento en terreno – el 7 y 8 de noviembre – y utilizó otra información sobre la ciudad elaborada por la firma.
Áreas financieras y las inmediaciones del Congreso son algunos focos de mayor destrucción, indica el texto. En comercio se considera actividad general, grandes tiendas y supermercados. En tanto, en “servicios” se incluye a bancos, financieras, AFP y oficinas diversas. Asimismo, se efectuó un catastro de equipamiento público, como recintos educacionales y de salud.
Según índices de trabajadores por superficie y tipo de actividad, el actual escenario porteño afectará potencialmente a 14.256 empleos, lo que representa 12% de la fuerza laboral de la comuna de Valparaíso, señala el reporte. Las actividades de comercio (47,6%) y servicios u oficinas (32,2%) sufren el mayor impacto.
Pero el documento advierte que no necesariamente eso implica desempleo, ya que algunos locales pueden volver a abrir gradualmente. Las propiedades “vandalizadas”, en tanto, son inmuebles saqueados o dañados, pero que operan con algunas limitaciones, refuerzos de seguridad o menos público.
El informe señala que el daño económico generado en edificios y espacios públicos asciende a 4,98 millones de UF, unos US$ 182 millones. La cifra resulta de la asignación de valores en UF por m2, según superficie dañada. Ese monto no considera el lucro cesante de las empresas afectadas. Sólo en comercio minorista se estima que las pérdidas por venta en locales cerrados llegan a $297 millones diarios.
Los US$ 182 millones más que duplican el préstamo de US$ 75 millones que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) autorizó a Valparaíso en 2006, tres años después de que la Unesco reconociera a la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, menciona el reporte.
Nuevo golpe a la urbe
El documento asimila los efectos de las protestas a los daños de otros eventos históricos sobre la ciudad. “Se suele decir que la crisis que afecta a Valparaíso se explica por tres golpes: el terremoto de 1906, la construcción del Canal de Panamá de 1914 y la apertura de la economía en los 80, que hizo caer a las empresas manufactureras. Desde entonces, la ciudad no se ha recuperado y hoy presenta preocupantes índices de falta de inversión, desempleo y una pobreza que vive en cerros y quebradas sin urbanización adecuada. La violencia que se inició con el estallido social del 18 de octubre en Santiago ha tenido un efecto devastador en Valparaíso, que podría calificarse como un cuarto golpe cuyas implicancias serán significativas”.
El documento señala que “la magnitud del desastre requiere de una acción decidida y urgente por parte del municipio, tanto para formular el plan de reconstrucción como para ayudar a las empresas afectadas”.
“He visto ciudades destruidas por terremotos, pero un nivel de destrucción generado por el hombre y con este nivel de violencia no lo había observado nunca”, comenta Iván Poduje. Señala que el municipio debe realizar rápidamente un catastro de las compañías dañadas, a las cuales se debe apoyar con créditos blandos y otras ayudas, asignando en ese sentido un rol al Ministerio de Economía.
Poduje sostiene que “económicamente la ciudad venía cayendo y esto es un golpe fatal. El turismo se verá bastante afectado, no sólo en Valparaíso, sino también en Viña del Mar”.
El arquitecto asegura que observó la tristeza de las personas al transitar por una ciudad destruida, situación que –afirma– genera una sensación de impunidad y de que no existe el orden.