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Transantiago: catastro de Atisba valoriza los 70 terminales de buses del sistema en US$ 197 millones

Transportes busca aumentar depósitos en el sector oriente, donde hoy solo hay tres sitios. Autoridad busca concentrar en el Estado la propiedad de los recintos, para igualar las condiciones de competencia de los operadores.

Dos estadios nacionales y un cerro Santa Lucía. En toda esa superficie -que totaliza 131 hectáreas divididas en 70 terrenos-, cada día se almacenan y mantienen los 6.534 buses del Transantiago. Estos terminales fueron construyéndose en forma planificada desde el inicio del sistema, y luego crecieron casi espontáneamente a partir de las necesidades operativas de las empresas.

Un estudio de la consultora Atisba permitió catastrar estos recintos y avaluar cuánto cuestan los terminales en caso de que prospere la idea del Ejecutivo de adquirirlos y facilitar el ingreso de diversos operadores, en iguales condiciones al sistema. Según el documento, el valor de mercado de los terminales equivale a US$ 197,2 millones.

Estudio "Terminales Transantiago", realizado por Atisba.

Estudio «Terminales Transantiago», realizado por Atisba.

El análisis también muestra que en 50 de los 70 terminales existen terrenos alternativos, del mismo tamaño, que el Estado podría comprar en caso de que no logre la compra de los actuales. En ellos podría localizarse el 75% de la flota actual. Además, identifica otros 12 terminales que podrían ser reemplazados en terrenos similares cercanos, pero que requieren cambios normativos en los planes reguladores para ser viables.

Transantiago analiza extender usos comerciales en terminales bien localizados para allegar ingresos al sistema, tal como en la intermodal de La Cisterna.

Transantiago analiza extender usos comerciales en terminales bien localizados para allegar ingresos al sistema, tal como en la intermodal de La Cisterna.

En caso de adquirir estos 62 terrenos, el Estado debería desembolsar US$ 119,9 millones. Este valor (el 61% de los costos de comprar los actuales terminales) se explica porque los sitios tienen un valor promedio inferior, puesto que están en la periferia. El autor de la investigación, Iván Poduje, explica que las opciones «reducen la ventaja comparativa de los actuales operadores para adjudicarse nuevos contratos y facilitan el ingreso de otros que ofrezcan mejores condiciones. Lo lógico sería expropiar a precio de mercado, ya que reduce el plazo para disponer de la tierra, y esto podría hacerse combinando terminales actuales con los terrenos disponibles».

Al respecto, el director ejecutivo de la Asociación de Concesionarios del Transporte Urbano de Santiago (Actus), Víctor Barrueto, señala que más allá de la propiedad, «lo importante es contar con una red de terminales y depósitos cercana a los cabezales de los recorridos. Eso es más útil para el usuario y evita viajes inútiles». Añade que hay espacio para más terminales: «Actualmente hay más de 300 cabezales, y lo que importa es la cercanía entre estos y los terminales».

Para el ex coordinador de Transantiago y especialista en transportes Raimundo Cruzat, la propiedad estatal de los terminales repercute en la operación. «Es más fácil diseñar servicios de transporte que partan y llegan de lugares independientemente de quién sea dueño del terminal. Si distintas empresas conviven en los recintos, el sistema gana flexibilidad y una mejora operacional que se traduce en una reducción de costos, por la baja de kilómetros en vacío de los servicios en tránsito».

La opción de compra de los terminales quedó en la incertidumbre tras la eliminación de la indicación que lo permitía en el proyecto de ley del nuevo subsidio para el Transantiago.El director de transporte público metropolitano, Guillermo Muñoz, dice que repondrá la indicación «con una redacción levemente distinta. Sí se están dando más atribuciones a la autoridad para garantizar que esos terrenos y activos permanezcan en el sistema, no se destinen a otras cosas y no generen un poder muy importante a quien esté presentándose a una licitación».